La Plaza fue diseñada en 1848, a petición del Gobernador Civil Eugenio Sartorius. En un principio se concibió como un parque público con jardines y una glorieta. En 1862 se llamaría Isabel II en honor a la reina Isabel II, y luego Libertad en 1868.
A mediados del siglo XIX se construyó una rotonda en el emplazamiento de un antiguo convento y sus huertos. Los terrenos habían sido expropiados a la iglesia tras la desamortización de 1835. Después de que el empresario local Ramón Orozco comprara los terrenos a las familias Huertas (importantes empresarios locales que se habían enriquecido gracias a la minería del levante almeriense), los urbanizó en 1855, creando uno de los espacios urbanos del ensanche del levante en esta época: una gran plaza flanqueada por calles rectas: Las calles Castelar y San Francisco. En ellas se alojaban familias de la alta burguesía.
La Iglesia de San Francisco, una estructura neoclásica en la ciudad de Almería, es uno de los pocos edificios que sobrevivieron a un devastador terremoto en 1822. Su arquitecto, Agustín de la Herrán, dotó al edificio de un toque barroco utilizando para su construcción ladrillo local y piedra gris. La fachada de la iglesia está flanqueada por dos grandes torres que se elevan sobre sus arcos.
El convento fue desamortizado en el siglo XIX, y su iglesia se convirtió en la actual parroquia de San Pedro.
Cuando el Altar Mayor estaba dedicado a San Francisco, albergaba una estatua del santo; ahora, alberga la estatua de San Pedro.
La parte superior de la fachada está dominada por un gran medallón en el que aparecen abrazados San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, bajo el cual descansa un frontón dividido, mientras dos ángeles que representan las tres virtudes teologales -fe, esperanza y caridad- se apoyan en él.
La iglesia conserva una antigua capilla del siglo XVII, una de las dos únicas que se conservan del antiguo convento.
Su fachada principal, con dos torres gemelas y un pórtico con columnas, es muy característica. La otra fachada lateral del edificio, sencilla y situada en la calle Ricardos, también es digna de mención.
La torre que da a esta calle fue construida a principios del siglo XX. Lleva el nombre del arquitecto que la construyó y se asemeja a sus otras estructuras en el diseño.
Opiniones de los usuarios:
De la iglesia de San Pedro destaca su fachada con un cuerpo central entre torres retranqueadas, lo que produce el resalto del pórtico, muy próximo a los más puros edificios neoclásicos.